

36.000 kilos de mercancía repartidos en 2.086 cajas. Todas ellas se han transportado en dos camiones pertenecientes a una empresa de mudanzas desde la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid hasta la localidad cacereña de Cuacos de Yuste. Esas son las cifras de un viaje que empezó el pasado lunes y terminó en la mañana de ayer con el objetivo de devolver a Extremadura lo que perdió hace ocho años. En el interior de esos vehículos había más de 44.000 libros de gran valor histórico que anoche ya durmieron en el Real Monasterio de Yuste, rodeados de la calma que envuelve a este lugar en el corazón de La Vera donde el emperador Carlos V pasó sus últimos días.
Los fondos de la Biblioteca de Yuste vuelven así al monasterio del que salieron en 2011, cuando los miembros de la orden de San Jerónimo abandonaron este edificio en el que hoy viven religiosos de la orden polaca de la Virgen de Czestochowa.
Con motivo de su traslado, decidieron donar el fondo a la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid tras firmar un convenio el 4 de enero de 2011. Allí han permanecido todo este tiempo, en las mismas cajas que salieron de Yuste y marcadas por dudas que giraban en torno a su titularidad.
Ahora ya se han despejado todas las incógnitas. «En términos de Hacienda son de la comunidad autónoma de Extremadura. Esas idas y venidas han determinado que esta colección sea de la Junta. Es de todos los extremeños», destacó ayer, durante el acto de recepción de los libros en el Monasterio de Yuste, el director general de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural, Francisco Pérez Urban.
La consejera de Cultura, Nuria Flores Redondo, que también estuvo ayer en el monasterio, apuntó a que, tras diversas gestiones, la Junta de Extremadura y la Universidad Pontificia de Comillas acordaron la cesión el pasado 7 de mayo para que estas obras volvieran a Yuste y se integraran en el patrimonio bibliográfico de esta comunidad autónoma.
De este modo, la región cuenta ya con un fondo compuesto por tres colecciones. Uno de los legados más valiosos es una donación de unos 15.000 libros, alguno de ellos de un valor incalculable, hecha por Vicente de Cadenas y Vicent, cronista e impulsor de estudios de Genealogía y Heráldica que falleció en 2005. Él poseía uno de los fondos más numerosos y completos existentes en el mundo sobre la figura de Carlos V.
El otro es el denominado Fondo Antiguo, que lo integran un total de 600 libros y 22 cantorales del siglo XV cuyas cubiertas son de madera con hojas de pergamino. Se trata de obras anteriores a 1958, año en el que la orden de San Jerónimo volvió a recuperar el cenobio cacereño tras la desamortización y siglos de abandono. Allí estuvieron hasta diciembre de 2009, cuando los monjes se marcharon definitivamente a Santa María del Parral (Segovia).
Por último, destaca la propia Biblioteca Monástica, que cuenta con 29.000 libros.
Entre los tres volúmenes se encuentran importantes documentos de los siglos XVI, XVII y XVIII. «En ellos se pueden encontrar publicaciones sobre historia universal, arte, documentos del propio Monasterio de San Jerónimo de Yuste, libros religiosos y obras sobre la vida del emperador Carlos V, entre otras joyas históricas», detalló la consejera.
A sus palabras se sumaron las de Elvira Prado Alegre, delegada de Patrimonio Nacional, organismo del que forma parte este monasterio que «enriquecerá su vida como centro de investigación de referencia internacional». Así lo puso de manifiesto antes de hacer referencia al proyecto que pondrán en marcha con la llegada de estos libros.
Por el momento, según detalló Prado Alegre, se encuentran metidos en cajas que están apiladas en la antigua biblioteca monacal a la que no está permitido acceder. Allí permanecerán hasta que se adecue el espacio definitivo, una actuación que forma parte del programa de conservación y puesta en valor de inmuebles históricos de Patrimonio Nacional.
Antes de que finalice este 2019 comenzará la elaboración del proyecto y la ejecución de la obra podrá tener una duración aproximada de unos tres años, tal y como especificó Elvira. «De momento no podemos definir la inversión con exactitud porque tenemos que realizar el estudio previo y analizar las necesidades», matizó.
En cualquier caso, Pérez Urban aludió a que el objetivo de la recuperación de la biblioteca se basa en ponerlo a disposición de la ciudadanía. «Consideramos que debe ser accesible e incluso se puede realizar una digitalización de todas las colecciones», apuntó.
Para eso primero hay que hacer un inventario de los libros. No hay una documentación exhaustiva de qué contiene cada uno y algunos tendrán que ser restaurados. «El estado general de conservación por las conversaciones que hemos mantenido con responsables de la Universidad Pontificia de Comillas es aceptable», dijo ayer el director general de Bibliotecas.
Él, al igual que la consejera de Cultura y la delegada de Patrimonio Nacional, se fotografiaron junto a dos de los cantorales que ya son propiedad extremeña. En esa foto, no faltó el presidente de la Mancomunidad de la Vera, Lucas Martín; el alcalde de Cuacos de Yuste, José María Hernández; la presidenta de la Unión de Bibliófilos de Extremadura, Matilde Muro; el director de la Academia Europea e Iberoamericana de Yuste, Juan Carlos Moreno, y Rodolfo Orantos, doctor en Derecho Público que tuvo un papel relevante en las gestiones que se hicieron con el Gobierno central a finales de los 90 para que el monasterio pasara a Patrimonio Nacional y que en esta ocasión ha colaborado para lograr la recuperación de los fondos de la Biblioteca de Yuste.
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