Con la cruz a cuestas. ÁNGEL ROMERO

El viacrucis de la iglesia de Santa María, una joya actual de arte intemporal

«Es peculiar y único», define a esta obra Francisco V. Calle, profesor del instituto

Lunes, 14 de septiembre 2020, 21:28

La iglesia de Santa María de Altagracia es el principal monumento histórico artístico de la villa de Jaraíz de la Vera. Es la primera construida en la comarca de la Vera y la más imponente. Por eso, el 16 de noviembre del año 1990 fue declarada 'bien de interés cultural con categoría de monumento' por el Ministerio de Cultura, en la que destacan la portada del mediodía, el rosetón, la capilla mayor del presbiterio, retablo churrigueresco y torre renacentista.

A todo esto y más, hay que añadir el viacrucis. Una composición alargada realizada por Antonio Blázquez, pero «única y singular», en palabras del profesor del IES Maestro Gonzalo Korreas, Francisco V. Calle Calle, que ha estudiado esta obra de arte moderno pero que sigue patrones del pasado en algunos casos y en otros rompe moldes. «No es un viacrucis tradicional con las estaciones separadas de una en una. Curiosamente, está formado por dos grandes bloques separados», explica Calle. «Es una especie de friso a media altura en la pared», resume, y no constituyen las únicas singularidades. Por ejemplo, la disposición de las escenas.

Analizando la obra, entre otros detalles, llama la atención una estatua que preside la estancia de Pilatos, del que solo se ve un pie. «Es evidente que el artista se ha inspirado en la estatua de Benvenuto Cellini, que representa a Perseo. No es el único homenaje a la historia del arte. Revisando los paneles, al contemplar la segunda estación surgen 'Las Lanzas'; en la octava, 'Los fusilamientos del 3 de mayo; o en la décima, la cara del Cristo de Velázquez», por citar algunas, recalca.

Define a este viacrucis como «arte intemporal frente a esquemas tradicionales», en la que se dan otras licencias artísticas como la de la Verónica sin paño. «O la del Cristo metido en el túnel de la muerte, literalmente», dice, mientras que en la parte inferior aparecen los apoyamanos de las sillerías góticas. «A primera vista representan temas que parecen escandalosos. Y más abajo, en los triángulos que cierran cada panel, unas máscaras grotescas semejantes a las misericordias de las sillerías de los coros de las catedrales».

Estas máscaras, en su opinión, son la clave para que este viacrucis sea tan «particular en forma de sillería», apoyándose con profusión en la historia del arte, representando el mundo desde su pasado fosilizado hasta el futuro lejano, como el feto, que puede remitir a '2001: una odisea en el espacio'. Desde la vida representada por el mismo feto hasta la muerte simbolizada en el esqueleto, la pulsiones sexuales o los terrores«.

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