Las intensas precipitaciones no solo han llenado la presa de las Majadillas y que, por este motivo, lleve ya varios días echando agua por el aliviadero, sino que éste, a su vez, se ha convertido en un caudaloso torrente, que ha sumergido bajo las aguas los accesos a la misma, impidiendo a quienes han intentado esta tarde subir a ella.
Este agua, así como el de las otras gargantas que surten a la de Pedro Chate están contribuyendo a que baje desbocada y que la piscina natural del Lago se haya desbordado por todos lados, convirtiéndose en una represa.
Si en el Lago han desaparecido las zonas de playa o solárium, en el charco Las Tablas ha sucedido lo mismo al zambullirse las pasarelas bajo las aguas bravas que van en busca de la garganta Jaranda para desembocar finalmente en el incontrolado Tiétar a su paso por sus fértiles vegas.
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