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Julia Romero y su hermano Guillermo, analizando muestras. M.D.CRUZ
«El pimentón agridulce es el que identifica a la Vera y solo se produce aquí»

«El pimentón agridulce es el que identifica a la Vera y solo se produce aquí»

«El que fabricamos nosotros no lo hace nadie. Lo hacemos a la carta», dice Julia Fernández Romero de la empresa Hijos de Teodoro Fernández

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Lunes, 5 de abril 2021, 16:27

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La cocina es una de las actividades esenciales que se ha transformado con la pandemia. «Y no solo en platos tradicionales, sino sobre todo en la rápida y en la más elaborada, tanto para jóvenes como para mayores. Las redes sociales juegan en ello un papel importarte a la hora de investigar y crear nuevas recetas», explica la joven emprendedora Julia Fernández Romero, responsable conjuntamente con su hermano Guillermo de la empresa pimentonera jaraiceña Hijos de Teodoro Fernández.

En relación al momento, destaca que la tecnología y la cocina se han fusionado. «En este proceso hay un ingrediente o protagonista especial, el pimentón, un producto puramente vegano cien por cien que ha calado para cocinar en familia. Porque cocinar en estos tiempos se ha convertido en un ritual, en un encuentro en el que toda la familia participa y que ha integrado en su vida cotidiana al pimentón como un condimento saludable para aderezar cualquier guiso. Se puede, por tanto, emplear en cualquier plato. Si hablamos del ámbito familiar, pues en la elaboración de las palomitas, por ejemplo, ahora reúne a padres e hijos. Y, desde luego, en preparados más sofisticados. Aunque ya lo venía haciendo al formar parte de las comidas, meriendas y desayunos saludables, en donde su uso ya está consolidado y es todo un clásico, como las tostadas untadas de aceite y, por supuesto, espolvoreadas con pimentón».

En todos los platos

Si esta especia como condimento por sus cualidades organolépticas puede emplearse en la cocina en todo, sean platos dulces, salados o intermedios, también se pueden escoger diferentes sabores. En esto el pimentón, siempre referido al acogido a la denominación de origen protegida, también ofrece muchas posibilidades al contar con tres variedades: dulce, agridulce y picante.

«Combinan con todo. El dulce es muy suave y el agridulce es el que representa e identifica a la Vera. Solamente se produce aquí. En ninguna otra parte del mundo.

Es la esencia del sabor, color y olor de la Vera. El dulce se elabora con la variedad Jaranda, el agridulce con la de Jariza y el picante con la de Jeromín», detalla.

El uso de cada una de ellas depende de los gustos geográficos. «En las zonas de más frío, en el norte, se consumen sabores más intensos», apunta, aunque empieza a imponerse el intermedio, el que proporciona el agridulce, cuya variedad es la Jariza, una reina mora jaraiceña, cuyo castillo estuvo donde actualmente se levanta la Casa Consistorial.

Es más cautivante, de ahí que lleve el nombre de una mujer, en este caso el de Jariza. «El agridulce tiene un color intenso y un ligero amargor donde se potencia -reitera- el estilo tradicional de la Vera y estabilidad, la duración del color».

Aunque hasta hora las preferencias por una variedad u otra se determinaba en función de la situación geográfica, esta tendencia va cambiando. El proceso de transformación del pimentón en relación al sabor se está haciendo al gusto del consumidor. La empresa de Julia se ha especializado en ello, elaborando un producto exclusivo. «Fabricamos a la carta. Cada cliente pide o quiere una característica diferente.

Eso nos da una excelencia en el mercado. La materia prima puede ser la misma, pero lo importante está en la molienda. El pimentón que fabricamos no lo hace nadie. Es muy específico en el mercado y en la cocina», asegura.

El secreto

El secreto de ello está en la manufactura, lo que diferencia a su producto de otros. «El proceso más importante es la fabricación.

Es un proceso en el que cuidamos mucho el género. La molienda es lenta para que no se pierdan todas las propiedades organolépticas y atributos de ese pimentón. Todo se basa -reitera en la molienda. Al ser un producto natural, ésta la realizamos cuatro horas para que se vaya convirtiendo en pimentón. En rojos brillantes, con un olor y color al estilo tradicional. El color, el olor y estabilidad se consiguen en la fabricación. Y eso es lo que marca la diferencia. El rojo intenso y olor tradicional de la Vera se nota y diferencia en nuestro caso. Para distinguirlo no hace falta ser un entendido. No es algo mecánico producirlo. En cada lote se pone la misma ilusión, pero para conseguirlo, hay pasos que solamente nuestro maestro molinero realiza y sabe para coger el punto. La experiencia es lo que ayuda a lograr esas cualidades.

De ahí deriva el nombre de nuestra marca, 'El Colorín', fruto de la molturación, para lo que hay que saber coger el punto para endulzar el producto. 'El Colorín' hace honor a esos atributos del color intenso, sabor y buqué».

Que el producto se más endulzado está siendo cada vez más demandado, al menos eso es lo que piden sus clientes y el propio mercado. «Los agridulces se están imponiendo porque la cocina se está dulcificando. El agridulce tiene un color intenso, con un ligero amargo donde se potencia el estilo tradicional de la Vera», recalca.

El pimentón agridulce se obtiene de una variedad específica de pimientos, la ocal, traída de América por Colón. No obstante, hay quienes piensan de manera errónea que es el resultado de mezclar el duce y el picante. En cualquier caso, tiene un sabor semidulce, con un ligero toque de picor y proporciona un intenso color rojo. Esta variedad puede utilizarse en casi todo tipo de recetas: desde la tradicional hasta la vanguardista. En cualquiera bien para embutidos, aderezo de verduras, ensaladas o para un filete a la plancha, sin olvidar a los postres, ya sean salados o dulces. «En definitiva, en cualquier plato», apunta Julia.

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