

Hasta el 24 de septiembre, en el Museo del Pimentón, con entrada libre, se podrá visitar una exposición de trabajos en madera del artesano jaraiceño Pedro A. Ramos, organizada por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Jaraíz de la Vera. Concretamente, de martes a sábado, de 10 a 14 horas y de 17 a 19 horas; mientras que los domingos, de 9.30 a 14.30 horas. Los lunes cierra el museo por descanso del personal.
La muestra está formada por 28 piezas. Para su realización, Ramos (autodidacta en esta materia) ha empleado todo tipo de técnicas y una variada temática. Entre las figuras que se pueden contemplar en el Museo del Pimentón destacan 'El Pegaso' y 'El Lagarto', sus dos tallas favoritas, confesó durante el acto de la inauguración, presidido por el alcalde, Luis Miguel Núñez, que al artista y abrió el acto; acompañado por los ediles Sara García y Jorge Hernández, al que asistió muchísimo público. Se llenó la sala. «Esta exposición constituye una parte de las figuras que vengo creando desde hace poco más de tres años», desvela. Desde entonces, ha elaborado ya 260.
Del Pegaso, lo que llama la atención a los espectadores son las plumas, al igual que en la escultura del águila, una de las que más llaman la atención del público que pasa por la exposición, las cuales han salido de troncos de chopo, alisos, olivo, cerezos, pino o palés de madera reciclados. «Todos los materiales que utilizo son reciclados o bien de obra y también troncos que voy recogiendo. En principio, su único futuro era el de descomponerse, arder o terminar en un vertedero. Disfruto dándole una nueva vida», comenta.
Para hacer estas estatuillas de madera, además de la inspiración personal, copia otras, pero a su manera, dice, además de contar con la ayuda inestimable de su familia. La primera la cinceló en julio de 2020 utilizando un cuchillo. «En parte de las obras aprovecho sus formas originales para integrar una creación. Por ello, me gustaría destacar su autenticidad, exclusividad y originalidad», asegura.
Pedro A. Ramos presume de ser un enamorado de su pueblo. Una prueba de ello es el regalo que ha hecho al Consistorio: el escudo de la villa, obviamente, tallado en madera. En el reverso hay esculpida una dedicatoria: «Con todo mi cariño a Jaraíz. A donde siempre volveré por muy lejos que me lleve la vida».
Esta es la única obra de las realizadas que ya no estará en su cochera-exposición permanente, en la que se pueden admirar casi trescientas. «El ejercicio de creatividad y el tiempo invertido en las piezas y lo que disfruto contemplándolas y enseñándolas, me hace imposible desprenderme de ellas. ¿Cómo poner precio a un trocito de tu alma? Por eso, ninguna de ellas está a la venta. Espero arrancar una sonrisa o una exclamación de sorpresa en quien las vea. En definitiva, no dejar indiferente a nadie, ya que el arte tiene la finalidad de conmover; de hacer aflorar sentimientos», apostilla.
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