Los paraísos ocultos de Jaraíz: los charcos de la garganta de Pedro Chate

Jaraíz de la Vera está situado en medio de un entorno natural que se caracteriza por la variedad de los paisajes. Al sur los adehesados, y en los otros puntos cardinales, los bosques, montañas y gargantas.

De las corrientes fluviales, la más popular es la garganta de Pedro Chate. Sin embargo, como ocurre con otros lugares del término municipal, también esconde grandes tesoros naturales, que no vienen detallados en las guías de turismo.

Precisamente, algunos de los paraísos ocultos de Jaraíz son los charcos de la garganta de Pedro Chate. No solo se desconocen, sino que mucha gente ignora cómo se llaman y se puede acceder a los mismos. Y, por supuesto, lo que guardan. Están cargados de historias y vivencias no tan lejanas como pudiera parecer.

«Antes de que se hiciera el Lago, los chavales nos bañábamos en La Lavija, que está un poco más arriba del puente y de este para abajo estaban La Caldera, Las Tablas, el Puente Viejo, y entre este y Las Brujas, El Curato, donde se bañaban los seminaristas acompañados del cura del pueblo. De ahí le viene el nombre de 'Curato', explica Gregorio Jiménez Jabón, senderista jaraiceño experimentado, amante del entorno natural de su pueblo y en general de la comarca de la Vera.

Además de disfrutar del paisaje, de las aguas cristalinas de las gargantas veratas, Gregorio conoce los secretos e historias que guardan estos paraísos, como El Curato. «Seguro que los más jóvenes no conocen este charco», dice. Y no solo los jóvenes, otros que no lo son.

Por eso, ahora que no se puede salir del término municipal de Jaraíz de la Vera por el cierre perimetral es una buena ocasión para descubrir paisajes y los sitios paradisíacos ocultos, pero que están ahí, a la vista, para destapar.