Borrar
Procesión, ayer domingo.
Los jaraiceños honran con gran fervor a su Patrona, la Virgen del Salobrar

Los jaraiceños honran con gran fervor a su Patrona, la Virgen del Salobrar

Del 1 al 9 de abril se celebran sus populares fiestas con numerosos cultos y actos litúrgicos

P.D.SAMINO

Lunes, 2 de abril 2018, 12:38

Del 1 al 9 de abril Jaraíz de la Vera celebrará sus fiestas patronales. Los jaraiceños honrarán a la Virgen del Salobrar a lo largo de nueve días con numerosos cultos y paseará por el casco urbano a su imagen en siete ocasiones, y una octava, fuera, correspondiente a la romería.

En la Diócesis de Plasencia, a la que pertenece el arciprestazgo de Jaraíz ninguna localidad saca en procesión a su Patrona tantas veces como hacen los jaraiceños con la suya. La Virgen del Salobrar, su excelsa Patrona, es la más procesionada seguramente de España con motivo de su festividad, y que en la villa jaraiceña el término empleado es el de pasear a la Patrona.

Es una tradición que sus devotos realizan con fervor y entusiasmo y que no quieren dejar de hacer. La pasión por la Virgen del Salobrar queda constatada por el afán de cada barriada, calle, avenida o plaza por las que discurren los desfiles procesionales por engalanar mejor su vial que el resto.

Arcos florales y banderines

Para recibir y agasajar a la Patrona, en los itinerarios procesionales se levantan arcos florales y cuelgan banderines y otros aderezos. Las fachadas, balcones y ventanas se adornan con sábanas y colchas que se llenan de flores cogidas con imperdibles, a cuál mejor bordada, como si se tratara de una competición. Y en cada parada, mientras reposa la imagen en un pequeño altar -mesa envuelta en lienzos blancos y azules-, además de los vítores de rigor, tienen lugar unos concisos juegos florales muy sui generis a cargo de los niños, recitando amorosos poemas marianos. Loas a la Virgen que finalizan con el lanzamiento de ramos de flores y mil pétalos desde las casas.

Las fiestas patronales son también una celebración religiosa de primavera. Las flores son el elemento identificativo y básico de las mismas. Queda reflejado en la decoración de las calles incluidas en los itinerarios procesionales que discurren por la mayor parte del casco urbano, en la ornamentación de las andas, iglesia de Santa María y santuario. Y como colofón, la ofrenda floral. Los jaraiceños llevan el jueves de Pascua miles de rosas, claveles, gladiolos y calas para rellenar el panel que cubre el retablo barroco del presbiterio de la iglesia de Santa María, delante del cual se coloca a la imagen de la Virgen para presidir las misas, novenario, presentación de los niños, oración de los jóvenes y predicaciones.

Ofertorio de la Virgen

Los ramilletes de flores y macetas son las donaciones más usuales que se licitan en el ofertorio de la Virgen, el segundo domingo de Pascua por la tarde, en la plaza Mayor jaraiceña. Congrega a decenas de personas que acuden a este peculiar emporio mariano a pujar por productos tan dispares como bandejas de dulces, espárragos trigueros, gallinas, lechones, palomas, manualidades y, por supuesto, flores. La subasta de los artículos, aportados desinteresadamente por los devotos para recaudar fondos para contribuir al sostenimiento de la ermita y todo lo relacionado con la Virgen del Salobrar, la preside, precisamente, la Patrona. Desde los soportales altos de la plaza de la Villa. Y desde abajo los fieles pujan o simplemente muestran su asombro por lo que se oferta o por el precio alcanzado por la mercancía. Todo se liquida, de manera rápida, durante las dos horas y media que dura el ofertorio.

Después, abriendo paso una banda de tambores y cornetas se traslada la Virgen en procesión hasta la iglesia de Santa María para continuar con los oficios vespertinos: una misa y la novena, con lo que se pondrá fin al día grande las fiestas patronales y también largo en lo que a cultos se refiere. Comienzan con una misa a las 9 horas. A las 11 horas, procesión de gran recorrido por calles engalanadas. A continuación, misa solemne cantada y sermón. Para recuperar fuerzas, a su término, en el sitio de costumbre, junto al antiguo mercado de abastos, convite de los mayordomos a todo el pueblo. Dulces típicos veratos y ponche jaraiceño a discreción. Casi sin tiempo para el almuerzo, a las 17 horas, traslado de la Virgen desde la iglesia de Santa María hasta la plaza Mayor para dar comienzo el ofertorio.

Si la jornada dominical es ajetreada, la de la víspera es aún más movida: es la del día de la romería. Se recuperó hace 17 años. Dejó de celebrarse en el año 1810. El año de las tropelías de las hordas gabachas por la comarca. La soldadesca gala que huyó de la derrota sufrida por las tropas de Napoleón Talavera arrasaron con todo lo que encontraron en su desesperada huida. Uno de esos lugares fue la ermita de la Virgen del Salobrar, situada junto al río Tiétar, en cuya finca se hacía la romería. La imagen se libró de la quema porque el Consistorio se adelantó y la protegió en el pueblo. Provisionalmente se instaló en la ermita del Cristo de la Humildad, situada en el ejido, y allí se ha quedado. A raíz de la desamortización de Mendizábal el pueblo se quedó sin la ermita y finca del río, y sin romería. Ahora se hace en el paraje de la encina milagrosa, en la dehesa boyal, donde unos vecinos se encomendaron a la Virgen del Salobrar para que no les pasara nada durante una tormenta. Salieron ilesos y quedó la leyenda. Y allí se hace, desde 2011, con mucho éxito, cuando el tiempo lo permite, es decir, si no llueve. Lo que ocurre alguna vez.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy Los jaraiceños honran con gran fervor a su Patrona, la Virgen del Salobrar