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Pasacalle.
Llega el Carnaval, una fiesta que en Jaraíz une tradición y modernidad

Llega el Carnaval, una fiesta que en Jaraíz une tradición y modernidad

Miguel de Unamuno, en su visita a la comarca durante los años 20, se sorprendió por el espíritu carnavalero de la localidad

P.D.SAMINO

Domingo, 4 de febrero 2018, 11:08

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Del 9 al 14 de febrero se celebrarán en Jaraíz de la Vera los populares festejos del Carnaval. Menos afamados que los moralos, sin embargo compiten con los del Arañuelo en calidad y número de comparsas y peñas en los desfiles y pasacalles. Si otras celebraciones presumen de antigüedad, las del Carnaval jaraiceño no solo tienen acreditada una larga trayectoria sino que desde que se tienen evidencias o testimonios escritos no han dejado de celebrarse, excepto durante la Guerra Civil.

En su visita a la comarca, en los años 20, camino de Yuste, Miguel de Unamuno recaló en Jaraíz. Coincidió su estancia con el Carnaval. Quedó sorprendido por el espíritu carnavalero de la población. Atribuyó su éxito a que corría mucho dinero entre sus habitantes proveniente de la pujante industria del pimentón. No está muy claro si era el dinero el que animaba a los nativos a divertirse y ataviarse con el traje regional o las propiedades del pimentón. O las dos cosas juntas.

Lo cierto es que salvo el paréntesis de la contienda del 36 y primeros años de la posguerra, a pesar de su prohibición durante la dictadura, los jaraiceños se las apañaron para saltarse a la torera todas las restricciones. Los bailes y sesiones especiales de cine no solo tenían cabida el domingo de gordo sino el lunes de Carnaval, pese a ser laborable. El martes (en la actualidad es festivo) los quintos recorrían todo el pueblo con burros a los que se llenaba de grandes almanaques con bellas señoritas. Los paseos duraban hasta que las aguaderas se llenaban de chorizos y para después engullirlos con vino de pitarra y jarana. La tradición de la pedida de los chorizos continúa en otro formato. Ahora corre a cargo de las peñas su recreación.

No gustaban al poder

Si estas actividades no gustaban al poder, menos el entierro de la sardina. Cada Miércoles de Ceniza había alguna cuadrilla de vecinos osados que desafiaban a la autoridad so pena de acabar en el calabozo, multados o con apercibimiento de castigos mayores. Así fueron pasando los años hasta que el Consistorio oficializó el Carnaval bajo el eufemismo de Fiestas del Agricultor, vigentes hasta que llegó la democracia y se autorizó su celebración, recuperándose los disfraces e implantándose los desfiles de comparsas.

Desde siempre, en el Carnaval jaraiceño el atuendo típico ha sido el traje regional. Por eso, el domingo está dedicado a él y tiene lugar la escenificación de las bodas de antaño. Desde que se suprimió la mili el Ayuntamiento se ocupa de mantener viva la pedida de los chorizos, invitando el martes al mediodía a una degustación de chorizos asados, pan y ponche.

La vocación carnavalera de Jaraíz ha quedado recogida hasta en el cancionero popular. En la actualidad es una mezcla de tradiciones y modernismo, con múltiples actividades. En síntesis: el Carnaval de Jaraíz de la Vera es colorido, imaginación, fantasía, animación, música y jolgorio, sobre todo.

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