Los tabaqueros mantienen la producción pese a la crisis
De este cultivo dependen 20.000 familias distribuidas en diversas regiones, principalmente en las comarcas cacereñas de Campo Arañuelo y La Vera.
eloy garcía
Lunes, 30 de octubre 2017, 11:42
En la mañana del 11 de septiembre entraban en las instalaciones de la Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa) los primeros kilos de las 30.011,59 toneladas de tabaco que este año adquirirán en base a los contratos firmados entre los cultivadores y las empresas de primera transformación.
Se trata de la culminación de un proceso, al menos para los cultivadores de tabaco del país (el 97,42% extremeños), en el que los agricultores llevan inmersos desde mayo, cuando las pequeñas plantas tabaqueras son trasplantadas a las tierras donde habrán de crecer hasta su recolección.
Cetarsa es la empresa que más contratación tiene, con un total de 22.468,70 toneladas, de las que 21.286,9 corresponden a tabaco Virginia (popularmente conocido como rubio), 821,57 a Burley E y 360,23 a Havana, variedad esta última que solo compra esta compañía.
Le siguen la italiana Deltafina, con un total de 4.291 toneladas (4.250 de Virginia y 41 de Burley E), transformadora que comenzó la compra una semana después que Cetarsa; Agroexpansión, con 1.739,24 toneladas (1.735,74 de Virginia y 3,5 de Burley), que comenzó el 2 de este mes y Mella, con 1.062,65 toneladas íntegras de la variedad Virginia, que iniciará la compra en noviembre, mientras que la búlgara Trading Company solo tiene previsto adquirir 450 de Burley.
Por variedades, como todos los años la Virginia acapara la mayor cuota de mercado, con 28.335,07 toneladas, lo que supone el 94,41% del total, con 1.121 productores que gestionan un total de 8.210,46 hectáreas. La Burley le sigue pero de lejos, con 1.316,065 toneladas (5,03%), 301 productores y 442 hectáreas, mientras que Havana se queda en 360,233 toneladas, un 1,2% del total, que se reparten entre 75 agricultores y 141,67 hectáreas.
En cuanto a la estadística de los últimos años, las 28.335,07 toneladas de Virginia contratada están en la línea de las llevadas a cabo desde 2011 (entre las 27.459 de 2012 y las 30.007 de 2014), mientras que tanto Burley como Havana han experimentado notables descensos. En el primer caso en 2013 se llegaron a contratar 4.711 toneladas, mientras que en el segundo en 2012 se llegaron a las 3.215.
De igual forma cabe destacar que casi el 97,5% de la producción nacional y superficie cultivada se encuentra en Extremadura, que congrega a 1.385 cultivadores. El restante 2,5% se lo reparten Andalucía con 73 cultivadores (y el 1,5% de la producción nacional), Castilla y León con 30 (0,6%), Castilla-La Mancha con 10 (0,39%) y Navarra, que solo cuenta con 4 agricultores dedicados al tabaco, lo que supone un 0,08%.
Desde la Organización Interprofesional del tabaco en España (Oitab) se muestran optimistas ante la presente campaña. Señalan que es abundante en cantidad, aunque registra una bajada de 194,41 toneladas respecto a lo contratado el año pasado, si bien entonces solo se entregaron 29.061. De las más de 30 toneladas contratadas, un total de 28.335,29 kilos corresponden a la variedad Virginia, mientras que 1.316,07 son de Burley E y 360,23 kilos de Havana. En los dos últimos casos ya se encuentran en los secaderos de tabaco (se recolecta en agosto para dejarlo secar a temperatura ambiente) mientras que el Virginia se encuentra en pleno proceso de recolección y secado (se recolecta a medida que maduran los diferentes pisos foliares de la tabaquera para después someterlo a un proceso de secado por aire forzado que apenas dura una semana).
En este último caso, las mismas fuentes señalan que cerca del 50% de la producción ya se ha recogido del campo, mientras que el resto se llevará a cabo a lo largo del presente mes. «A tenor del estado de las plantaciones, lo normal es que se cubran las cantidades contratadas», señalan.
Por lo que respecta a la calidad, afirman que el de este año es un tabaco de calidad «hasta el momento», toda vez que se han dado las condiciones óptimas de crecimiento y otros fenómenos adversos, como el pedrisco que cayó en buena parte del norte de Cáceres, por fortuna no afectó a las zonas tabaqueras. En estos momentos los cultivadores siguen regando para proporcionar la humedad al ambiente necesaria para que propicie que las hojas del tabaco tengan una estructura abierta y por ende buena calidad», y puntualiza que la actual campaña de riego se prolongará hasta la llegada de las lluvias.
Esfuerzo final
Desde la Oitab agradecen el esfuerzo de los productores, que con la recta final del proceso a la vista «se afanan en llevar a cabo la recolección de la mejor manera posible para garantizar la calidad del tabaco que han venido cultivando durante los últimos meses».
No obstante los propios agricultores aclaran que lo hacen con la vista puesta en la próxima campaña y en la firma de los preceptivos acuerdos entre el Ministerio de Agricultura y las multinacionales tabaqueras, donde participa la Junta de Extremadura. Pedro García manifiesta en plena línea de compra de Cetarsa en Talayuela que «es muy importante de cara a la consecución de unos acuerdos que son garantía de estabilidad y continuidad para un sector que contribuye al mantenimiento de la población en las zonas rurales», pues del mismo dependen 20.000 familias distribuidas en diversas regiones, principalmente en las comarcas cacereñas de Campo Arañuelo y la Vera.
Para concluir abogan por el mantenimiento del sector, y ponen de relieve el carácter social que este cultivo tiene en la zona del norte de Cáceres. «Una región con tan baja densidad de población como la nuestra no puede permitirse el lujo de perder habitantes en pequeños municipios susceptibles de estar en riesgo de despoblación», advierten desde la Oitab.
Desde la explotación
A pie de campo, en la plantación que posee en la finca Lomas del Saliente, en el término municipal de Talayuela, recibe a HOYAgro el presidente de la Oitab, Manuel García, quien en plena campaña de recogida muestra su preocupación por los últimos acontecimientos en torno al contrabando de tabaco, pues las noticias de incautaciones en la región por parte de Policía y Guardia Civil se vienen sucediendo en los últimos tiempos. «Estamos preocupados por las ventas ilegales de tabaco por parte de los agricultores. Todos los cultivadores tenemos que tener claro que ese tabaco es una competencia desleal no solo para las multinacionales sino para todos, pues no paga impuestos y con ello está defraudando a la hacienda pública», recalca.
Aquí muestra su decisión de colaborar en la medida de sus posibilidades para erradicar esta práctica por tratarse de algo «muy dañino para todo el sector». «Sabemos que tanto Policía como Guardia Civil están muy encima de este asunto, y desde aquí les ofrecemos (por la Oitab) toda nuestra colaboración para acabar con ello», haciendo un llamamiento a «la gente que lo vende, quienes deben concienciarse de que están haciendo mucho daño a todo el sector».
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