Garganta la Olla recoge 272 litros en una semana y en Madrigal contabilizan 244

Las lluvias que fueron remolonas en el otoño han ganado protagonismo en este inicio del invierno. No se han prodigado, como suele ocurrir, con la misma generosidad en toda Extremadura pero, aunque ha habido un desigual reparto, las precipitaciones han aliviado la que empezaba a ser situación crítica en el campo extremeño. Además ha empezado a llenar embalses.

Según las estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Extremadura, el punto más lluvioso en la última semana se ha situado en Garganta la Olla. En ese pueblo verato, desde el lunes 4, han caído 272 litros por metro cuadrado. En la misma comarca, en Madrigal, el pluviómetro ha cuantificado 244 litros. El tercer pueblo extremeño más agraciado con la lluvia ha sido Tornavacas, del Valle del Jerte, con 233,2 litros. En Nuñomoral (Las Hurdes), en los últimos siete días cayeron 143 litros por metro cuadrado y en Hoyos (Sierra de Gata) fueron 104 litros.

En cuanto a los cuatro municipios más poblados, la estadística dice que en Plasencia se registraron 44 litros desde el día 4, 38,2 en Cáceres, 34,3 litros en Badajoz y 17,5 en Mérida. En la provincia pacense, donde la lluvia ha sido menos apreciable, el municipio con mejores datos lo ofrece Herrera del Duque, con 50,2 litros en una semana.

Las previsiones de la Aemet indican que no volverá a llover hasta el viernes y, en todo caso, en ese día lo hará de forma débil. De otra parte, Valencia de Alcántara registró ayer una racha de viento de 96 kilómetros por hora, la mayor de Extremadura y la octava en el conjunto nacional.

Desbordamiento del Tiétar

Como consecuencia de las abundantes e intensas precipitaciones de estos días, el río Tiétar, que se nutre de las gargantas de la comarca de la Vera, se ha desbordado a su paso por el término municipal de Jaraíz de la Vera. Ha vuelto a anegar, un año más, varias fincas de regadíos de sus fértiles vegas.

La solución, o al menos para que el impacto sea menor, es la limpieza de su cauce y riberas, indican los agricultores jaraiceños. No se casan de repetirlo una y otra vez, pero ni la Confederación Hidrográfica del Tajo ni Agricultura hacen caso a estas reivindicaciones.