

Falta un mes y algo para San Juan, cuya noche es mágica en Jaraíz de la Vera. Menos de un mes para que se produzca semejante prodigio. Todo un clásico de los tratados de las ciencias ocultas convertido en leyenda popular.
Acerca de Jaraíz de la Vera o Xarahíz, dice Israel J. Espino que es uno de los pocos lugares encantados de Extremadura gracias a su desaparecido castillo de la princesa Xariza. «Como los misteriosos castillos que jalonan las tierras extremeñas sirviendo de morada eterna a damas hechizadas, moras, hebreas o cristianas, que esperan eternamente a algún valiente extremeño que ose desencantarlas».
Uno de esos castillos encantados es el de Jaraíz, construido hacia el año 725 por el caudillo árabe Abadaliz, que inicialmente recibió el nombre de la infanta que lo habitó, Jariza (Xariza), cuyo espíritu sigue vagando por las calles de la población eternamente por un hechizo.
El castillo de Jariza dio nombre a la población y a su alrededor se instalaron árabes, cristianos y judíos. De él subsisten restos en las casas de los soportales altos de la Plaza Mayor, donde actualmente se encuentra el Ayuntamiento.
La infanta Jariza, según cuenta el escritor extremeño Publio Hurtado, sigue viviendo entre las ruinas del castillo de Jaraíz de la Vera, es decir, en el Ayuntamiento y los soportales altos de la Plaza Mayor, gracias a un anillo mágico que no se puede arrancar del dedo corazón.
La infanta Jariza pasa las noches de San Juan cabalgando sobre un grifo, un animal mitológico, cuya parte superior es la de un águila gigante, con orejas puntiagudas, plumas doradas, afilado pico y poderosas garras.
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