La gran afluencia de bañistas en El Lago de Jaraíz dificulta mantener la distancia de seguridad

Lo que debía ser un domingo tranquilo de verano y refresco en El Lago de Jaraíz de la Vera, asentado en el cauce de la garganta de Pedro Chate, se convirtió por momentos en un lugar de crispación y discusiones. Los cientos de bañistas que disfrutan de este hermoso paraje de La Vera rodeado de bosques de robles, nogales, alisos y chopos presenciaron este domingo enfrentamientos y amenazas entre algunas bañistas. El detonante fue que no se podía mantener la distancia de seguridad al quedarse la gente parada en los accesos al agua. Ni entraban a la zona de baño ni salían.

El coronavirus y los rebrotes activos en Extremadura no fueron impedimento para que extremeños y visitantes llenaran las piscinas de la zona para pasar 'frescos' otro domingo de avisos por calor en la región. Lo que debía ser un día de relax, pasó a ser una jornada de amenazas y algún empujón ante la atenta mirada de niños que observaban sin comprender el motivo de los insultos.

El atractivo más importante de Jaraíz de la Vera y en la actualidad una de las zonas de baño más concurridas y visitadas del norte de Cáceres tiene acceso libre, lo que hace que sea complicado mantener la distancia de seguridad en muchos momentos. La zona está sujeta al sentido común de los visitantes de no permanecer en los accesos para que todos los bañistas puedan mantener la distancia que se recomienda tanto al acceder como salir del agua para no propagar el coronavirus.

El alcalde de la localidad Luis Miguel Núñez asegura desconocer los hechos, aunque reconoce que sí le habían comentado que hubo una gran afluencia a la zona de baño. «Nosotros no podemos ponerle puertas al campo. Si no entran, por un lado, acceden por otro», ha sostenido. El regidor ha decidido no abrir la piscina municipal ni facilitar el baño en El Lago, ya que no han colocado ni cuerdas ni sombrillas como suelen hacer. Según indicó, el Consistorio no tiene competencias para prohibir el baño, pero en su caso no lo recomienda. De hecho, existen carteles desde 2016 en los que se indica que no es recomendable bañarse en la zona de El Lago.

«La piscina (municipal) es un espacio concurrido por la diversión y donde conviven vecinos de todas las edades, era muy difícil asumir su seguridad. Es una decisión que no es del agrado de todos, pero en general se ha asumido bien. Al final tenemos que velar por la seguridad de todos, de los vecinos, de los visitantes y de los propios trabajadores que habrían tenido que atender la piscina si la hubiéramos abierto», declaraba el alcalde a HOY hace unos días.