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Margarita González trabajando de cara al público en su taller de cestería, en la gremial Calle Hornos. M. D. CRUZ
«La artesanía ha perdido su valor y la gente opta por la fabricación en serie»
MARGARITA GONZÁLEZ

«La artesanía ha perdido su valor y la gente opta por la fabricación en serie»

Trabaja la cestería y la cerámica en la planta baja de su casa, que ha adaptado para talleres de ambos oficios, y enseña a otras personas

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Domingo, 13 de octubre 2024, 14:57

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Transformar una damajuana, una botella de vino de cristal de color verde, en un mapamundi, hecho de cerámica fue un reto que se propuso la artesana de Jaraíz de la Vera Margarita González Martín en el año 2022 para concursar en el apartado de cerámica del Martes de Mayor de Plasencia, logrando el primer premio.

Es una artesana, que tiene en el bajo de su casa sendos talleres de cestería y cerámica. Lamenta que estos oficios pueden perderse y que la gente opte por la producción en serie en lugar de lo artesano y personalizado.

Margarita no solo modela el barro. También domina a la perfección la cestería. Tanto que, incluso, da clases, enseña a otras personas a mantener estos dos oficios o tipos de artesanía, que ella misma define como el «trabajo de transformar con pericia la materia prima en objetos hechos a mano sin apenas herramientas».

Lo lleva en la sangre

Lo de la cestería lo lleva en la sangre. «Desde pequeña he convivido con ella. Mi infancia transcurrió en Baños de Montemayor, un pueblo dedicado básicamente a este oficio. Para mí era cotidiano ver en alguna plazuela abiertas las puertas de los talleres», recuerda.

Cuenta que en la década de los noventa tuvo la oportunidad de dar clases en Jaraíz de la Vera a los usuarios de la Asociación Vera Plena Inclusión. «Por este motivo, mi pequeño obrador de cestería se convirtió en 'taller ocupacional para estos chicos», confiesa.

Después decidió mantenerlo activo y hasta la fecha en su domicilio de la calle gremial de la judería jaraiceña, la calle Hornos. «Aquí seguiré mientras pueda, manteniendo la ilusión y la tradición artesanal», asegura, dando forma a la madera de castaño. «Es el material que utilizo para la elaboración de cestería. Antiguamente se hacían todo tipo de piezas para la recolección de los productos del campo y accesorios para los hogares, que hoy en día carecen de utilidad. En la actualidad, lo más demandado son las cestas para la recolección de setas y cerezas», detalla. Pero, destaca que están en auge están las hueveras para dicho uso. También se adquieren cestas como base para centros de flores».

Personalizar objetos

La moda de personalizar los objetos también ha llegado a la artesanía. Concretamente, a la cestería, dice Margarita. «En ocasiones me las encargan para regalos de diferentes eventos. Otros trabajos muy solicitados son las cestas sin asa en distintos tamaños y formas a gusto del cliente para poder guardarlas en repisas y cajoneras».

De cualquier manera, lo más trabajoso y complicado de realizar en este menester es el remate de los cestos. «Desgraciadamente, hoy en día, la artesanía en general ha perdido su valor. En mercados directos con el público me demuestran el poco interés por dicha labor, comparándolo con otros productos fabricados en serie, más comerciales, pero de menor calidad. Hay excepciones, mínimas, pero estas son muy valoradas y agradecidas».

Margarita ha adaptado para talleres artesanales la planta baja de su casa. «El de cestería lo he mantenido intermitentemente. Con las clases de iniciación a pequeños colectivos, este oficio está tomando un nuevo auge y reconocimiento. Esta profesión la alterno con la cerámica en el taller anexo. Más que ceramista me considero artesana experta en trabajos con arcilla sin esmaltar y posterior cocción a más de 1.000 grados. Dedico más tiempo a la creatividad con arcilla, ya que es gratificante y me gusta. Puedo expresar en cada pieza lo que siento o deseo transmitir y es un campo con amplitud de posibilidades. La creación de algunas piezas conlleva dificultades, conseguir lo imaginado requiere tiempo y concentración».

Silencio y concentración

Obviamente, la forma de trabajar la cerámica es diferente a la de la cestería. En su opinión, no son comparables. «Son dos oficios muy diferentes. El uno no es ni mejor ni peor que el otro, son distintos. De hecho, cuando trabajo el castaño es habitual que lo haga con la puerta del taller abierta y desde ella la gente observa mi trabajo. Es agradable el contacto directo con las personas, tal y como era antiguamente. Cuando trabajo con arcilla ya no lo es. Cualquier sonido puede descentrarte, pues se precisa serenidad y concentración».

En relación a la hora de hacer piezas de cestería asegura que la elaboración es muy parecida. «El trabajo consiste en fondar, levantar, tejer y rematar. Sin embargo, con la arcilla cada pieza es diferente. Tanto las esculturas como otros objetos son atractivos y siento predilección por todos y cada uno de ellos. Es un reto conseguir superar las dificultades que surgen».

La cestería -reitera- es más práctica. «La cerámica no lo es. No son piezas funcionales, son decorativas e irrepetibles. Y en ocasiones, muy personalizadas, a gusto y necesidad ocasiones del cliente, aumentando su valor», como el trabajo titulado 'Damajuana Mapamundi', primer premio del Martes Mayor de Plasencia que Margarita conquistó en 2022.

Escribir, otra pasión

Margarita, además de artesana y maestra en su profesión, pues da clase de los oficios que práctica, es también escritora, otra pasión a la que dedica tiempo para evadirse y como placer del espíritu. La vena cultural corre por ella. Es miembro de la Asociación Cultural Cálamus, que tiene su sede en la Biblioteca Municipal Martiria Sánchez López de Jaraíz, que ha editado varios libros, en los que Margarita ha escrito relatos y participa en lecturas que organiza.

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