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Julio Romero, a la izquierda, jugando una de las partidas de Yuste.
La semifinal de ajedrez del Campeonato de España de 1957, disputada en Jaraíz

La semifinal de ajedrez del Campeonato de España de 1957, disputada en Jaraíz

Además de este torneo nacional, la localidad fue la sede de la Federación Extremeña de Ajedrez

P.D.SAMINO

Domingo, 4 de noviembre 2018, 10:56

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El ajedrez ha sido uno de los juegos, o deporte, que más éxito ha tenido en Jaraíz. Pero de eso hace ya mucho. A finales de los cincuenta y hasta los setenta del pasado siglo fue el rey de los deportes en la localidad. Más de medio siglo después trata de reinventarse con el torno de ferial, el Memorial Julio Romero Hernández. Este polifacético jaraiceño fue el que recuperó esta actividad a últimos de los noventa. Por eso, el torneo de ajedrez Villa de Jaraíz está dedicado a él.

La escuela municipal de deportes también está intentando que el ajedrez vuelva a ser un deporte vivo en Jaraíz de la Vera como lo fue antaño. Tanto, que en 1957 acogió la semifinal del Campeonato de España, además de ser la sede de la Federación Extremeña de Ajedrez por un tiempo y su presidente el alcalde de la villa, Albino Fernández Pérez.

El representante jaraiceño en el campeonato nacional, que se disputó del 7 al 15 de septiembre en los salones del Bar Capitol, anexo al cine del mismo nombre, fue el vicepresidente de la entidad extremeña, Julio Romero, que se midió con la flor y nata del ajedrez de la época. El Capitol estaba en el solar en donde hoy día se levanta el edificio de Telefónica.

Romero, además de su cargo institucional llegó a ser presidente del emblemático Club Jariza de Ajedrez, referente de este deporte a nivel nacional, que durante varias lustros fue una cantera de destacados ajedrecistas. El último campeón provincial salido de la misma fue Joaquín Tovar Romero, que conquistó el título en 1975, en Navalmoral de la Mata, heredera del esplendor ajedrecista jaraiceño, gracias a Julio Romero, que se trasladó a esta población por motivos profesionales y allí se quedó, pero sin olvidarse de su pueblo, pues a pesar de no residir en él estuvo en contacto y luchó porque el ajedrez se practicara otra vez en la localidad. Además de veranear en Jaraíz, tampoco dejó de colaborar en otras facetas y sobre todo en el ámbito cultural, pues en el año 1997 fue elegido presidente de la Asociación Cultural Obispo Manzano.

La semifinal del año 1957, celebrada del 7 al 15 de septiembre, constituyó un acontecimiento y premio al auge que el ajedrez tenía en Jaraíz. Es una especie de premio concedido a la afición local que esperamos sepa mostrarse agradecida, escribió en el guión de las ferias agosteñas de ese año el vicepresidente, Julio Romero. De esta forma, un simple pueblo se equipara en esta rama deportiva a cualquier capital de España. En esta ocasión, Jaraíz se convierte en el punto de mira de la afición nacional, añadió.

La última jornada, la del 15 de septiembre, se disputó en Yuste, concluyendo la l con la misma expectación que arrancó.

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