El cementerio se prepara para la festividad del Día de Todos los Santos

La última semana de octubre es el momento elegido por los vecinos de Jaraíz de la Vera. Como sucede en el resto del país, para acicalar las tumbas y nichos del cementerio municipal ante la inminente celebración de la Festividad de Todos los Santos y del Día de los Difuntos, una fecha después.

En realidad, la necrópolis jaraiceña no está dispuesta solo por un camposanto. Está constituida por tres espacios diferenciados: el cementerio antiguo, el cementerio nuevo y el cementerio contiguo. Así los denomina o administra el Consistorio, que hasta finales del pasado siglo compartía la jurisdicción del viejo conjuntamente con las dos parroquias de la villa, Santa María y San Miguel, pasando a ser totalmente municipal al renunciar ambas a sus competencias.

El viejo cementerio es muy singular por la caótica distribución de los panteones. La definición que hizo Miguel de Unamuno del entramado urbano de Jaraíz en el año 1920, desde luego, bien se podría aplicar a este espacio fosal.

Esa es la sensación que causa el viejo cementerio, que estos días, lo mismo que los otros dos, se está preparando para honrar a las personas allí enterradas. Blanqueo, limpieza, arreglos y flores, acompañadas de velas es la tarea que ya está en marcha y que no culminará hasta el 2 de noviembre.

El Consistorio también dedica más atención en estas fechas a la necrópolis, con horarios más flexibles y otras actuaciones y medidas para facilitar el acceso a las decenas de personas que la visitarán de aquí al Día de los Difuntos. También se encargará de la infraestructura para que el párroco de las dos iglesias pueda oficia el Día de Todos los Santos la tradicional misa vespertina en el camposanto.

Cada año realiza alguna obra para mejorarlo. Este año la principal es que las zonas verdes y aparcamientos de las inmediaciones se han remodelado. Algo que percibirán quienes acudan al cementerio por las dos entradas principales.

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