Para este año, el Ayuntamiento tenía previsto acometer varios proyectos, paralizados por el estado de alarma. Sin embargo, algunos tendrán que esperar o se retrasarán porque la pandemia ha supuesto un duro revés no solo en lo sanitario sino también en lo económico.
El propio Consistorio viene dedicando una buena parte del presupuesto de 2020 a gastos extraordinarios provocados por el coronavirus: desinfecciones, material sanitario, personal especial de limpieza para los centros educativos, ayudas a las familias necesitadas y apoyo al empresariado local. «Estamos ayudando a las familias desfavorecidas. A quien lo necesita pagamos el alquiler, la comida o la cena», subraya el alcalde, Luis Miguel Núñez.
Por eso, las cuentas del año que viene se van a resentir por el covid-19, ya que los ingresos bajaran. «Estamos trabajando en su elaboración. No vamos a tener los ingresos previstos, pero gestionaremos los recursos disponibles desde la austeridad para seguir dando servicios y realizar inversiones».
Para paliar los efectos de la crisis, el Ayuntamiento no cobrará licencia de apertura ni tampoco a los hosteleros por las terrazas durante cuatro años y ha puesto en marcha un plan de ayuda al empresariado local, entre el que repartirá 135.000 euros.
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