Los agricultores realizan estos días lo que ya es un ritual: plantar tabaco en el Tiétar

Los agricultores jaraiceños y, por ende, los veratos están desde hace días realizando lo que ya es casi un ritual: plantando tabaco en las fértiles vegas del Tiétar. En estas lides los jaraiceños son pioneros. Extendieron en el cultivo del tabaco por toda la zona y otros lares (Talavera, vegas del Alagón y vegas del Guadiana).

Jaraíz de la Vera es tan tabaquero como pimentonero, aunque sus vecinos no lo sean en demasía como en el pasado más reciente al haberse desprendido de fincas y concesiones. Pero todavía quedan. Y mano de obra también. Esto es, los jornaleros que trabajan en la postura, como es conocida la faena de la plantación del tabaco y del pimiento para pimentón.

La postura de ahora no tiene nada que ver con la que se practicaba a mediados del pasado siglo. Ahora, por fortuna, el campo está mecanizado. Y plantar tabaco lo siguen haciendo las personas, pero con la ayuda de máquinas para hacer muchas hectáreas en un plis plas y de manera más cómoda.

El riego también se realiza empleando medios mecánicos y las nuevas tecnologías. La introducción de los avances científicos abarca ya todos los procesos del cultivo del tabaco. Lo que ha dado lugar a un nuevo lenguaje, dejando en desuso expresiones como la citada de la postura y poniendo en circulación otros términos nuevos y vocablos. El más popular: repelar.

La agricultura no solo se ha modernizado en las maneras, desarrollo y usos. También se ha adaptado a situaciones excepcionales como el estado de alarma y en la detención de la pandemia del coronavirus. Por eso, los operarios llevan guantes, gafas y mascarillas en las faenas. Trabajan seguro, como la jaraiceña Noelia Santos Romero, avezada profesional en lo del cultivo del tabaco.