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Viernes, 18 de agosto 2017, 13:40
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La Guardia Civil ha detenido a cinco personas por cultivo y tráfico de drogas en la provincia de Cáceres. Estas actuaciones están comprendidas dentro del Plan operativo de respuesta policial contra el cultivo y elaboración de drogas, así como contra el tráfico minorista y consumo de estupefacientes en zonas de ocio, que se ha intensificado especialmente durante la primera quincena de agosto con motivo del incremento de veraneantes en la provincia.
El pasado 4 de agosto, la Guardia Civil de Cañamero, detuvo a un vecino de la localidad cacereña como presunto autor de un delito de tráfico de drogas. Los agentes localizaron en el interior de la multitienda que regentaba el detenido, doce gramos de cocaína dosificados en envoltorios de un gramo y una bolsa de cinco gramos de marihuana. Esta droga estaba preparada para la venta minorista.
En la detención colaboró el personal del equipo Roca de Trujillo y Unidad canina de detección de estupefacientes de Cáceres. Las diligencias, junto con el detenido fueron entregadas en el Juzgado de Instrucción de Logrosán.
Cannabis Sativa
Unos días después, concretamente el 11 de agosto, la Guardia Civil de Jarandilla de la Vera, procedió a la detención de una persona de Tiétar, como presunto autor de un delito de cultivo o elaboración de drogas, al tener cultivadas siete plantas de 'Cannabis Sativa' junto a una nave agrícola ubicada en un paraje del municipio cacereño de de Losar de la Vera.
El detenido fue sorprendido cuando se disponía a realizar actividades de mantenimiento y cuidado de las plantas, las cuales fueron puestas a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Navalmoral de la Mata para su análisis, pesaje y posterior destrucción.
Por otro lado, en la localidad de Talayuela, efectivos de la Guardia Civil de ese municipio, procedieron a la detención de dos personas como presuntos autores del delito de cultivo o elaboración de droga, también de 'Cannabis Sativa'.
Los detenidos, aprovechando la vegetación del lugar, ocultaban una plantación clandestina en un paraje próximo a la localidad de Talayuela. Las 18 plantas de marihuana se encontraban rodeadas de medidas naturales de seguridad y disponían de un sistema de riego a través de un pozo, que garantizaba el crecimiento del cultivo y evitaba un mantenimiento frecuente.
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