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Francisco Pérez.
"Los encierros han dado realce e impulso a las fiestas y su proyección exterior"

"Los encierros han dado realce e impulso a las fiestas y su proyección exterior"

Francisco Pérez Simón, presidente de la Asociación Cultural Taurina de Jaraíz

P.D.SAMINO

Jueves, 27 de septiembre 2018, 20:02

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El auge que viven las ferias agosteñas desde hace más de una década se debe a la recuperación de los encierros y las capeas en la plaza Mayor. Han dado un vuelco espectacular a las fiestas mayores de Jaraíz, que estaban en esos momentos en decadencia. Uno de los artífices de este milagro ha sido Francisco Pérez Simón, presidente de la Asociación Cultural Taurina de Jaraíz. Hablar ya de las ferias en Jaraíz es, sin duda, hablar de toros y encierros. Una tradición que es seña de identidad en todas las fiestas de los pueblos de nuestra comarca verata, asegura.

-¿La actual feria taurina se ha consolidado ya?

-Evidentemente, si nos basamos en la definición de este verbo, consolidad, pues sí que se ha consolidado. En el 2004 se retomó y continúa hasta hoy. Pero, no obstante, para que estas fiestas quedaran firmes se necesita que vayamos pensando en un reglamento propio, cierre propio y unas instalaciones dignas para tal evento.

-¿La comisión que la puso en marcha en 2004 imaginaba que llegaría a tener tanta aceptación?

-Todo esto comenzó con mucha ilusión y no menos trabajo. Unos cuantos paisanos tomamos la dura pero bonita tarea de recuperar la tradición perdida. Había muchas sombras y tapujos. Era inimaginable el cómo adaptar nuestra plaza a estos eventos. Sin embargo, cuando junto con el alcalde tiramos para adelante fue porque sabíamos que sería así. Vaya para todos aquellos pioneros mi reconocimiento y respeto, ya que sin su esfuerzo hoy no disfrutaríamos de la actividad más representativa que se realiza durante las fiestas y que no podemos negar que ha contribuido al realce de las mismas, sin quitar el mérito a otras actividades que también se programan. Y a las pruebas me remito.

-¿Qué falta todavía por mejorar?

-Todo, siempre es mejorable. Por supuesto que en el 2004 lo hicimos lo mejor que pudimos. Sin embargo, nos deberíamos de dar cuenta que desde entonces esto ha cambiado muy poco, lo que no es positivo. Siempre hay que dar un revulsivo. Hay muchas cosas que hacer, desde recortes, anillas Debemos intentar renovar y ser pioneros en toda la Vera por nuestras capeas e intentar hacer festejos mayores. Por citar algunos de estos elementos que habría que mejorar estarían el cerramiento de la plaza, vallado del recorrido, la posibilidad de corrales anexos para que los astados pudieran venir y estar descansados o la posibilidad de que estuvieran acompañados de unos cabestros.

Todos estos retos me recuerdan a aquellos que tuvimos que afrontar al principio, con la diferencia que tuvimos hacerlo empezando desde cero y, al mismo tiempo, hacer frente a las críticas y zancadillas de aquellos que no veían con buenos ojos la recuperación de los encierros, muchos de los cuales, vista la repercusión, han tenido que cambiar de opinión al ver el impulso que los encierros han dado a las fiestas y su proyección exterior.

-Para que no decaiga, ¿harían falta algunas innovaciones?

-Por supuesto que sí, serían necesarias muchas cosas. Una fundamental es la implicación de las peñas, las que, junto con el Ayuntamiento y los encabezados, desarrollen las mismas.

-Aunque ahora se celebra de distinta manera, los festejos taurinos tienen una larga tradición en la localidad.

-Siempre escuché en casa que los toros los traían a las afueras del pueblo, se ataviaban los mozos y a sus cabalgaduras y desde allí los traían hasta la plaza del pueblo. Donde los enchiqueraban hasta los festejos de la tarde. Creo recordar de mis abuelos, que me contaban que por aquellos tiempos existía ponerle la roseta al toro. Esto consistía o lo protagonizaban las parejas casaderas de ese año. La novia confeccionaba una roseta que en la punta llevaba el arpón y se las daba al novio para que él se la pusiera al toro en su salida de los chiqueros. No obstante, podríamos hablar de otras cosas, sin embargo me quedo con los recuerdos de mis abuelos.

-¿Qué destacaría del ganado de este año?

¿Destacar? Que han sido unos morlacos dignos de nuestra población. Tengo que reseñar que se han movido muchos kilómetros y varias ganaderías para elegirlos y, evidentemente, el alcalde aconsejado por su comisión, han optado por unos astados bastantes acordes a nuestros festejos, siempre teniendo en cuenta el presupuesto que se baraja.

De cualquier manera, el balance que hace Francisco de los festejos de este año es muy positivo, pese a que se han producido algunas cogidas, que, por fortuna, no han revestido gravedad, han sido leves. Fuera de esto, muy bien. Los encierros y las capeas son la salsa de las fiestas de Jaraíz y de la mayoría de los pueblos de nuestro entorno, por no decir de todos los extremeños. No solo participan y se divierten prácticamente todos los jaraiceños de estos populares festejos, de los espectáculos taurinos, sino que atraen a muchos visitantes. La prueba está el último de las ferias. Ese día no hay toros y el pueblo está como apagado, pese a que hay mucha gente veraneando. Si no hay toros no hay ambiente. Aparte de lo que supone para la población económicamente, que eso no lo tienen en cuenta tampoco los detractores, matiza

-Entonces, para que no ocurran cogidas y los encierros y capeas discurran sin incidentes, ¿qué recomienda?

-Aunque siempre me repito, no dejaré de recomendar ciertas pautas que son imprescindibles: calzado adecuado, zapatillas abrochadas, nada de chancletas o chanclas. Cualquier cosa pegada al cuerpo: pañuelo, fajín, bolso que sea de una lazada limpia, es decir, un nudo corredizo, de forma que en caso de prendimiento el astado se quede con la tela y no te lleve arrastro. Todos vamos al recorrido con vasos y latas. ¡Por favor!, nunca la dejemos en el recorrido del toro, de manera que los corredores no puedan tropezarse con ellas durante el encierro. Teniendo en cuenta la velocidad que alcanza el toro, todos los corredores deberían de ser conscientes de sus capacidades físicas para saber qué recorrido tenemos que hacer, cuándo nos incorporamos a la carrera y cuándo la dejamos, asegurándonos de que haya hueco para ello. Siendo realistas el alcohol está tan presente como los toros, por lo tanto creo que si no estamos aptos para estar dentro del recorrido no deberíamos entrar en él. De manera que no nos expongamos ni pongamos en riesgo a los demás corredores. Y no es necesario beber para pasarlo bien.

Desde estas líneas, creo que es necesario y de justicia dar la enhorabuena a cuantos hacen que esta fiesta sea viable y, evidentemente, decir que al toro no hay que tenerle miedo, pero sí mucho, mucho respeto.

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