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Juan Tarrero Luengo.
“Cuando no cantamos los domingos, por el motivo que sea, nos echan de menos”

“Cuando no cantamos los domingos, por el motivo que sea, nos echan de menos”

Juan Tarrero Luengo es músico, toca la guitarra y canta en el coro parroquial y en el grupo de rock Secreto Ibérico

p.d.samino

Miércoles, 8 de febrero 2017, 21:28

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Juan Tarrero Luengo es un jaraiceño polifacético, pero, sobre todo, músico. Toca la guitarra y canta.

Lo hace en el coro parroquial y en el grupo Secreto Ibérico. Compagina ambas tendencias musicales con la de director de una comparsa de jóvenes que no para de crecer como el carnaval jaraiceño. La afición por la música no tiene límites. De hecho, domina dos estilos de interpretación que nada tienen que ver pero que tienen en común la ilusión que pone Juan en todo lo que hace. En él destaca su buena predisposición en hacer cosas por los demás. Porque fueron las personas discapacitadas las que le acercaron a cantar en público y la mediación de una religiosa a hacerlo en iglesia de Santa María, creando un coro inicialmente de niños y que, tras más de dos décadas de existencia, se ha reconvertido en el coro de las dos parroquias jaraiceñas. Está formado por adultos, pero con el mismo espíritu con el que inició su andadura en estas lides, que las misas sean más amenas y participativas, sobre todo en el caso de los niños, a los que continúa vinculados, aparte de la música dominical, por otra afición que nada de religiosa tiene pero sí mucho de lúdica y amable, el carnaval.

Tampoco parece que tienen mucho que ver mucho o relación las canciones que toca y canta todos los domingos en las dos iglesias jaraiceñas con el rock and roll. Pero lo cierto es que sí la hay, porque Secreto Ibérico se autodefine como un grupo que hace rock afirmativo y positivo, que reúne en cada concierto a gente de buena voluntad a la que les une la música de los 80, 90 y 2000 para deleitarse con sus versiones de rock como la de Las chicas son guerreras, Bailaré sobre tu tumba o el célebre Bienvenidos, de Miguel Ríos, todas adaptaciones al más puro estilo del rock español. Un tributo al mejor rock ibérico de pata negra, proclaman Juan y los otros miembros del grupo, que está de búsqueda estos días de un guitarrista, porque ha dejado la banda el solista.

Juan, como sus compañeros tanto del coro como del grupo roquero, con la música lo que siente y vive son grandes momentos, disfruta cantando para los demás. Lo mismo que haciendo que el Carnaval de Jaraíz de la Vera cada año vaya a más. Por eso, hace varios años se embarcó en la tarea de dirigir una comparsa infantil que ha pasado a ser juvenil en la actualidad. Las juveniles son las reinas del carnaval jaraiceño. Vaya payá, que es el nombre de la peña, tiene alrededor de un centenar de miembros. Ha pasado de algo más de una docena a un centenar en pocos años. Y estos días, como toda la población, está de preparativos, toca rematar los disfraces, ensayos para consolidar la coreografía, etc. ¿Qué fantasía estrenará este año la comparsa de Juan? Todo esto que envuelve al carnaval en los días previos es un secreto bien guardado. Por eso, hasta el 25 de febrero, día del primer desfile en Jaraíz, ni Vaya payá ni ninguna otra comparsa dará pistas de cómo van a disfrazarse y lo que van a escenificar. Mientras tanto, Juan intenta compaginar el coro, el rock y el carnaval, que no es poco.

-¿Desde cuándo canta y toca la guitarra en la misa dominical de los niños?

- Pues no sabría decirte el tiempo exacto, pero, aproximadamente, hace unos 20 o 21 años. Cuando estaban de sacerdotes don Teodoro y Juan Luis en la iglesia de Santa María.

-¿Cómo surgió?

-Pilar, mi compañera y esposa, trabajaba con un grupo de chicos en el colegio Sagrados Corazones, que tenían diversas discapacidades. En este grupo estaba también una religiosa, Teresa, que fue la que comenzó con ellos. Teresa cantaba con un grupo de niños en la iglesia de Santa Maria y Pilar me la presentó y, a partir de ese momento, tuve muy claro que yo quería participar en la iglesia, en el coro; y, gracias a Dios, hasta hoy.

-Al principio era un coro infantil el que le acompañaba.

- Sí, estaba, normalmente, acompañado de un coro de niñas. Y digo niñas, porque siempre fueron mayoría, pues a los chicos les daba como más vergüencilla participar, pero también hubo algunos.

-Ahora, en cambio, está formado por adultos.

- Efectivamente. Sí, porque el coro de niños era muy inestable y, a veces, teníamos que hacer ensayos en horarios que a ellos y a sus familias les venían mal, así que la solución fue hacer un coro con personas que pudieran ensayar y hacer las actividades propias del coro con más asiduidad. De ahí surgió el coro que tenemos ahora.

-También se han incorporado más instrumentos: guitarras, panderetas, etc.

- Somos tres guitarras y, algunas ocasiones, nos acompaña algún que otro instrumento.

-Los cánticos no solo son interpretados con instrumentos de cuerda y percusión, sino que animan a participar a los niños.

- Hay canciones en las que se necesita de su ayuda con las palmas, gestos etc., pues, de este modo, están más atentos a todo lo que ocurre en la misa.

-Incluso, tocan las palmas en algunos temas para que se impliquen más, ¿no?

-Pues no lo sé. Pero yo creo que les gusta. Lo que sí es cierto, es que para ellos, para los niños, las misas cantadas resultan, se hacen más amenas.

-¿Los mayores cómo ven que las misas sean para y por los niños?

-Bien, les gusta. Saben que está dedicada a los niños, pero también a ellos. Y lo mismo que a los niños, las misas cantadas les resultan más atractivas. De hecho, los domingos que no cantamos, por el motivo que sea, nos echan de menos y nos preguntan algunos por la calle que por qué no fuimos a cantar el domingo.

-Aunque desde el pasado año el coro también actúa en la iglesia de San Miguel.

-Sí, desde el año pasado empezamos a cantar en San Miguel. La verdad e s que estamos muy contentos de participar en las dos iglesias.

-En este caso la música que hacen está enfocada a los adultos.

-Es lógico. Es una misa enfocada más a adultos y, también, a los jóvenes. Aún así, hay canciones que cantamos tanto arriba como abajo, dicho vulgarmente (a la iglesia de Santa María, la gente, prácticamente todo el pueblo, incluso la jerarquía eclesiástica, la denomina la iglesia de arriba; y a la de San Miguel, la de abajo, por la situación geográfica, aclara Juan).

-Además del coro parroquial forma parte de un grupo de rock.

- Tengo más aficiones musicales, entre ellas el grupo de rock y pop Secreto Ibérico.

-¿Cómo se compaginan estos dos estilos tan diferentes?

- Pues con mucho sacrificio, intentando compaginar lo del grupo rock con las actividades de la iglesia.

-Aunque ya ha dejado el grupo. ¿A qué se debe?

-El grupo no lo he dejado totalmente, aunque me cuesta compaginar la vida familiar con la musical. Lo que sí ha sucedido es que el guitarra solista nos ha dejado y estamos, ahí, buscando sustituto.

-La vinculación con los niños no solo está relacionada con la música.También ha promovido y dirigido comparsas infantiles en los carnavales.

- Sí, también en esta parcela, dirigiendo la comparsa Vamos payá. Desde hace aproximadamente diez años, que fue cuando empezamos nuestra andadura como comparsa infantil en nuestro barrio, y hasta ahora, que la componemos unas cien personas. Empezamos unos pocos y desfilamos casi cien ya en Vamos payá.

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