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Congregación de los Sagrados Corazones, con la hermana María Jesús, cuarta por la derecha.
"Gracias por las personas que hemos conocido y querido, gracias por todo lo vivido en Jaraíz"

"Gracias por las personas que hemos conocido y querido, gracias por todo lo vivido en Jaraíz"

La congregación de los Sagrados Corazones se despide de Jaraíz con pena y nostalgia, tras medio siglo de presencia en la localidad

P.D.SAMINO

Lunes, 18 de julio 2016, 18:54

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E. Victoria Rodríguez Rodríguez, o hermana María Jesús, es la superiora de la congregación de las Sagrados Corazones, propietaria del inmueble e instalaciones que albergan la Escuela- Hogar de Jaraíz, dependiente de la Junta, inicialmente femenina y desde hace varios años mixta.

La Escuela-Hogar sigue, pero la congregación religiosa se marcha porque la media docena de hermanas que la componen son mayores y no hay posibilidad de que sean reemplazadas por otras más jóvenes. Ayer domingo se llevó a cabo su despedida, con una misa, en la iglesia de San Miguel y el reconocimiento de toda la población.

-Se acerca la hora de la partida, ¿a qué se debe?

-La respuesta es muy sencilla: las religiosas de la comunidad somos todas mayores y no hay reemplazo.

-Después de tanto tiempo aquí, ¿una decisión difícil?

-Más que difícil, diría que dolorosa. Prácticamente, toda mi vida profesional y gran parte de mi vida religiosa, la he vivido en Jaraíz. Irnos sin dejar aquí comunidad de hermanas es doloroso. Si volvemos será en momentos puntuales y de visita. Son muchas las personas queridas, muchas generaciones de niños y, sobre todo, de niñas, las que han pasado por la casa. . .y lo más probable es que a la mayoría no las volvamos a ver.

-Llegaron de la mano de don Marcelo.

-Sí. Él nos trajo para su colegio parroquial en 1962. Cuando comenzó el Instituto en el 68 vimos que el complemento que nosotras podíamos ofrecer era un internado. Solicitamos un colegio menor para que las niñas de los pueblos pudieran estudiar Bachillerato. Hicimos la convocatoria y hubo tanta demanda que tuvimos que alquilar una casa en la calle Pedreros donde iban a dormir un grupo numeroso de niñas. Eran de toda la Vera. Hasta de Candeleda. También hubo internas de otras provincias. Institutos en la comarca sólo había el de Plasencia y el recién abierto en Jaraíz. La Inspectora de aquella época, doña Gregoria Collado, nos animó y facilitó la creación de la Escuela-Hogar para niñas de primaria, cuyas familias se desplazaban al campo para el cultivo del tabaco. En los 70 también tuvimos muchas hijas de emigrantes extremeños que iban a Centroeuropa. Todo esto llevó al gobierno de la congregación a tomar la decisión de construir un edificio para internado: la Escuela-Hogar que tenemos hoy.

Llegamos a tener más de 200 internas ¡Cuánto trabajo, pero con cuánta ilusión, por la novedad de los retos, lo asumíamos; y con qué alegría lo realizábamos! Todas las hermanas que vivimos aquellos años los recordamos con especial cariño. La comunidad era numerosa aunque desde el comienzo tuvimos maestras seglares que nos ayudaban en las clases; los primeros años, todas eran de Jaraíz.

-Durante este medio siglo de presencia de los Sagrados Corazones, ¿qué destacaría?

- La calidad de las relaciones subraya-. La interior, con los que convivimos, podría calificarse de entrañables. Transcribo unos párrafos que el actual director de la Escuela Hogar, Diego Conejero, escribía a la superiora general: A lo largo de nueve años en esta Escuela Hogar, he tenido la suerte de conocer a muchas hermanas de la congregación de los Sagrados Corazones. Enfatizo el término hermanas, porque para los maestros y el personal que aquí convivimos con ellas, además de ser nuestro apoyo y aliento, son nuestra familia ( . . .) Hacen varios servicios pero lo que es imposible de suplir es el cariño especial que dan a los niños, a su espíritu, a su carisma. Es cierto que la comunidad actual de religiosas de la Escuela Hogar tiene una edad avanzada, pero también se las ve, lo felices que son en esta casa y la alegría que reflejan sus rostros.

-¿Cómo ha sido la relación entre el pueblo y la congregación?

-Con la parroquia siempre hemos tenido buena sintonía. A lo largo de tantos años, hemos colaborado con diferentes servicios que han ido desapareciendo por razones obvias. Con el pueblo, el trato ha sido no sólo fácil sino gratificante. Tenemos relaciones amplias como buenas vecinas y con muchas personas verdadera amistad.

-Aunque las religiosas dejan la Escuela Hogar, ¿está garantizada su continuidad y obra?

-La casa es nuestra y la titularidad de la obra sigue siendo de la congregación, que tiene el derecho de proponer al equipo directivo. Desde hace varios años que se jubiló la última religiosa, toda la responsabilidad educativa, pedagógica y de funcionamiento la llevan el director con el equipo directivo y los maestros, todos nombrados por la Junta de Extremadura. Con mucha alegría y satisfacción puedo decir que lo están haciendo muy bien todos: tanto el equipo directivo y los educadores como el personal que ayuda. Que los niños están muy bien atendidos y son muy queridos ¿garantiza la continuidad? Sólo Dios lo sabe. Confiemos en que sí.

-Una prueba de que ha calado entre el alumnado es que se ha creado una asociación de antiguos alumnos, en la que son mayoría las mujeres, ¿no?

-Sí. Son unas mil las apuntadas. Hay una junta directiva formada por antiguas alumnas y antiguas profesoras muy activas, creativas y eficaces como lo han demostrado y que quieren mucho a la congregación.

-El encuentro de este año, ¿especial y más emotivo?

-La junta directiva organizó el pasado mes de junio (y eso que este año no tocaba) un encuentro. La respuesta fue masiva, como nunca. Vinieron antiguas alumnas de Andalucía, Salamanca, Vitoria, Barcelona, Madrid. . . y hasta una que vive desde hace varios años en Alemania. Fue un día precioso, no se puede pedir más. Para todas, pero muy especialmente para las religiosas que lo vivimos vinieron varias que habían estado destinadas aquí- fue un día para guardar en la memoria del corazón. Imposible de olvidar. No pudimos recibir más muestras de cariño y agradecimiento unido a muchas emociones. En mensajes y cartas que luego nos enviaron decían: Habéis recibido lo que habéis sembrado. Y en cuanto a la organización y contenido lo calificaban de cum laude.

-Las instalaciones, pese a todo, se están mejorando. ¿Seguirán acogiendo campamentos, cursos y otras actividades como hasta ahora?

-La Escuela-Hogar está muy cuidada. Cada año se ha ido arreglando algo, mejorando las instalaciones, renovando el mobiliario y ahora está impecable. La construcción es bonita, llena de movimiento, de luz y de sol y sobre todo cuando la invaden los niños. Lo de continuar recibiendo las actividades de verano será decisión de los quedan, pero creo que sí.

-Para terminar, volviendo a la añoranza, ¿qué recuerdos se lleva de su estancia en Jaraíz?

-Es la respuesta más difícil de expresar. Llegué a Jaraíz con 35 años y me voy con 82. Por dos veces, estuve unos años fuera. Viví etapas muy diferentes: los primeros años de directora con tantas niñas, maestras, trabajadoras. . . Con el brío de la juventud, tal vez fui un poco autoritaria y exigente. Dios me dio la oportunidad de vivir aquí mi jubilación donde he desarrollado la faceta que más satisfacción me ha proporcionado: ¡Mimar a los niños! Sin otras obligaciones, para educarles estaban los maestros a quienes les agradezco que me hayan permitido, siempre con buena cara, ejercer de abuela.

¿Qué recuerdos me llevo de Jaraíz? Ya lo dije en otra ocasión parafraseando la canción de hace unos años: nos llevamos, ¿y dejamos?, un millón de amigos, y así más fuerte poder cantar. ¡Gracias Señor, por todas las personas que hemos conocido y qurido, gracias por todo lo vivido en Jaraíz!

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